10 BENEFICIOS REALES DE LA ACTIVIDAD FÍSICA PARA EL ORGANISMO

Practicar de forma regular ejercicio físico puede aumentar los niveles de energía, mejorar el descanso nocturno y hasta la actividad sexual.  

La actividad física se puede definir como una serie movimientos producidos por la contracción de los músculos esqueléticos (los que están unidos al esqueleto) y que causan un gasto energético. Hay varias formas de realizar actividad física: trabajar, jugar, andar, realizar tareas domésticas y hacer ejercicio.

Tania Mesa - Unidad de Nutrición Neolife e Investigación y Desarrollo Neoactives.


Mantenerse activo tiene múltiples efectos positivos para tu salud, tanto físicos como mentales, incluso puede hacer que vivas más. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad en el mundo (se le atribuye el 6% de los fallecimientos).

Además, los expertos estiman que la falta de actividad física es la causa principal de entre un 21% y un 25% de los cánceres de mama y de colon, del 27% de los casos de diabetes y aproximadamente del 30% de las cardiopatías isquémicas.

Estos son los 10 beneficios demostrados de la actividad física para tu organismo: 

  1. Te sentirás más feliz

Se ha demostrado que el ejercicio mejora el estado de ánimo y disminuye los sentimientos de depresión, ansiedad y estrés, ya que aumenta la sensibilidad del cerebro hacia los neurotransmisores serotonina y noradrenalina que alivian los sentimientos depresivos. Por otro lado, es capaz de favorecer la producción de endorfinas que ayudan a generar sentimientos positivos y reducen la percepción del dolor. Otra ventaja es que este efecto ocurre independientemente de la intensidad del entrenamiento.

  1. Puede ayudarte a perder peso

Cuando estás a dieta, ingieres menos calorías y eso disminuye la tasa metabólica (el cuerpo gasta menos energía) lo que retrasa la pérdida de peso. El ejercicio regular aumenta esta tasa, por lo que se queman más calorías. Además, se ha demostrado que combinar el ejercicio aeróbico (de menor intensidad) con el entrenamiento de fuerza (de mayor intensidad) puede maximizar la pérdida de grasa y el mantenimiento de la masa muscular, lo cual es esencial para no recuperar el peso perdido.

  1. Es bueno para músculos y huesos

El ejercicio físico juega un papel vital en la construcción y el mantenimiento de músculos y huesos fuertes. Esto se debe a que ayuda a liberar hormonas que promueven la capacidad de los músculos para absorber los aminoácidos y eso, a su vez, les ayuda a crecer y reduce su destrucción. A medida que las personas envejecen, tienden a perder masa muscular, lo que puede provocar lesiones y discapacidades.

Por otro lado, la actividad física ayuda a mantener la densidad ósea y previene la aparición de osteoporosis con la edad. Los deportes que implican impacto, como correr o saltar, promueven una mayor densidad ósea que los deportes sin impacto como la natación y el ciclismo.

  1. Aumenta los niveles de energía

Su efecto positivo en los niveles de energía se da tanto en personas sanas como enfermas. Un estudio descubrió que seis semanas de ejercicio regular reducían los sentimientos de fatiga en 36 personas sanas con fatiga persistente. De hecho, puede aumentar significativamente los niveles de energía en personas que padecen el síndrome de fatiga crónica (SFC) y otras enfermedades graves. También se ha demostrado que el ejercicio aumenta los niveles de energía en personas que padecen enfermedades progresivas, como el cáncer, el SIDA y esclerosis múltiple.

  1. Menor riesgo de padecer enfermedades crónicas

La falta de actividad continuada es una causa primaria de enfermedades crónicas ya que el ejercicio regular mejora la sensibilidad a la insulina, la capacidad cardiovascular y la composición corporal, a la vez que disminuye la presión arterial y los niveles de lípidos en la sangre. Así, la inactividad, incluso a corto plazo, puede provocar aumentos significativos de la grasa abdominal, lo que incrementa el riesgo de diabetes tipo 2, de enfermedad cardiovascular y de mortalidad en general.

  1. Ayuda a tu piel

Aunque la actividad física intensa puede contribuir al daño oxidativo, el ejercicio moderado regular, por el contrario contribuye a aumentar la producción de antioxidantes naturales corporales que ayudan a proteger las células de la piel. Además, al estimular el flujo sanguíneo e inducir adaptaciones de las células de la piel, puede ayudar a retrasar la aparición de los signos del envejecimiento de la dermis.

  1. Contribuye a la salud cerebral y la memoria

Otro de sus beneficios es la mejora de la función cerebral y la protección de la memoria y las habilidades de pensamiento. Al aumentar la frecuencia cardíaca, promueve el flujo de sangre y oxígeno al cerebro. Asimismo, estimula la producción de hormonas que pueden favorecer el crecimiento de las células cerebrales y al prevenir la aparición de enfermedades crónicas, impide el daño que estas pueden tener en el cerebro.

Por otra parte, con el ejercicio y a cualquier edad el hipocampo (vital para la memoria y el aprendizaje) aumenta de tamaño, lo que amplía la función mental en adultos mayores. Por último, se ha demostrado que reduce los cambios en el cerebro que pueden causar el Alzheimer y la esquizofrenia.

  1. Relaja y mejora la calidad del sueño

Puede ayudar a que te relajes y duermas mejor porque el agotamiento de las reservas de energía que se produce durante el ejercicio estimula los procesos de recuperación durante el sueño. Se cree que el aumento de la temperatura corporal que se produce durante la actividad física mejora la calidad del sueño porque implica una menor temperatura al dormir y eso se relaciona con un sueño reparador. Un estudio concluyó que 150 minutos por semana de actividad entre moderada y vigorosa pueden mejorar hasta un 65% la calidad del sueño.

  1. Puede reducir el dolor

Durante muchos años, la recomendación para tratar el dolor crónico fue el descanso y la inactividad. Sin embargo, estudios recientes demuestran que el ejercicio ayuda a aliviar el dolor crónico, aumenta la tolerancia a ese dolor y disminuye la percepción que se tiene de él.

  1. Disfruta de una mejor vida sexual ;-)

Se ha demostrado que el ejercicio estimula el deseo sexual y fortalece el sistema cardiovascular, mejora la circulación sanguínea, tonifica los músculos y mejora la flexibilidad. Todo en su conjunto, puede mejorar el rendimiento sexual, el placer y la frecuencia de la actividad sexual. Un estudio con un grupo de mujeres de 40 años concluyó que experimentaban orgasmos con mayor asiduidad al hacer ejercicio más intenso, mientras que otro entre un grupo de 178 hombres sanos señaló que los hombres que hicieron más horas de ejercicio a la semana tuvieron puntuaciones de función sexual más altas.

 Una ayuda extra: suplementos de vitaminas y minerales

Suplementos como NeoEnergy y NeoVital Boost mejoran la obtención de energía por parte del cuerpo, algo que permite un mejor rendimiento físico, reduce la producción de radicales libres que provocan daño muscular y acorta el tiempo de recuperación, especialmente en deportes de tipo aeróbico (correr, nadar, andar y montar en bicicleta).

NeoEnergy lleva en su fórmula acetil-L-carnitina que favorece la entrada de ácidos grasos a la mitocondria para la obtención de energía celular; fosfatidil serina y alfa glicerilfosforilcolina que mejoran la función mitocondrial y estimulan la secreción de neurotransmisores, como acetilcolina y dopamina; NADH que es un cofactor necesario para la síntesis de ATP, la principal molécula energética del organismo; y ácido alfa-lipoico para la metabolización de los glúcidos y para luchar contra los radicales libres.

NeoVital Boost, por su parte, está especialmente desarrollado para personas activas que quieren mantener su mejor versión en el día a día. Aporta vitaminas C y B5 que contribuyen a disminuir el cansancio y la fatiga, así como tres de las plantas más utilizadas tradicionalmente en diferentes partes del mundo como el ginseng coreano, el eleuterococo y el guaraná que tienen acción sinérgica y complementaria. También tiene en su fórmula coenzima Q10 o ubiquinona, una sustancia que participa en la cadena de transporte de electrones mitocondrial, a partir de la cual se obtiene ATP.