NAVIDADES 2022: UNA OPORTUNIDAD DE AUTOCONOCIMIENTO Y BUENA RELACIÓN CON LA COMIDA

Llegadas estas fechas, una de las frases que más se repite en consulta de nutrición en Neolife y Neoactives es: “Tengo miedo a estas Navidades. No sé si gestionaré como hasta ahora mi alimentación”.

Sin embargo, mirándolo con otra perspectiva, se abre una oportunidad. Si el Covid nos ha enseñado algo, es a apreciar los buenos momentos. Si quieres saber cuáles son las claves que compartimos en consulta de nutrición para conocernos mejor y llevar una relación con la comida de forma consciente, no te pierdas este artículo.

Francisco Martínez Milla - Unidad de Nutrición Neolife e Investigación y Desarrollo Neoactives.


 

La perfección es enemigo de lo bueno

Una de las cuestiones clave para afrontar de forma consciente estas fechas, es adquirir una actitud realista. Se come más que de costumbre y no siempre opciones interesantes nutricionalmente. Pero, ¿qué es la Navidad sin turrones, polvorones, mazapanes o el roscón de reyes? 

Sin embargo, estos días no deben ser motivo para justificar excesos prolongados. La navidad no dura dos meses.  

Por otro lado, y siguiendo con la necesidad de mantener una actitud realista, no es una buena época para plantearse bajar de peso o perder grasa. Si te encuentras en esta situación, el mejor consejo es que trates de mantenerte.  

En relación a todo esto, ser conscientes de que en días concretos va a existir una mayor ingesta calórica que de costumbre, no debe ser una excusa para excedernos a diario ni todo el tiempo. Pedir comida rápida a domicilio por la noche bajo la creencia de haber arruinado el día con las decisiones anteriores, es lo mismo que pinchar el resto de neumáticos de un vehículo cuando se ha pinchado una sola rueda.   

 Una gota mala en un vaso de gotas buenas se diluye

¿Cuántos días son realmente fechas especiales? Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes. ¿Realmente van a dificultar el mantener unos hábitos alimentarios saludables? Días puntuales no reflejan nuestra rutina. 

Es cierto que también van a tener lugar otras reuniones con amigos y familiares. Pero esto no solo sucede en Navidad. Tenemos cumpleaños, eventos y celebraciones durante todo el año. Y no por ello hay que tomar elecciones que nos alejen de la salud en cada una de ellas. 

Los hábitos que mantenemos a partir del día reyes y navidad repercuten e importan más que lo que comemos y nos movemos entre navidad y día de reyes. 

Asertividad como antídoto social

Es importante hacer partícipe a nuestro entorno de los hábitos y objetivos que tenemos. De esta forma, resultará más sencillo que se respeten nuestras decisiones y se tenga en cuenta, por ejemplo, el simple hecho de preguntar qué queremos para beber. Seguro que en muchas ocasiones nos hemos encontrado con una bebida extra que no hemos pedido y se ha consumido por compromiso. 

Si algo no nos apetece, es importante aprender a rechazarlo. No debemos sentirnos obligados a consumirlo. Agradece siempre a la persona su buena intención y, si se trata de alguna preparación elaborada por un familiar o amigo, podemos decir que nos lo guarde para llevarlo a casa y comerlo en otro momento. 

Propuestas sencillas de picoteo

Si vamos a acudir a un restaurante y tenemos cierto poder de decisión para la elección del establecimiento, primero vamos a echarle un vistazo a la oferta del menú. Es importante que los platos principales, se compongan mayormente de vegetales y fuentes proteicas de calidad, como por ejemplo: Bacalao con pisto murciano; Entrecot de ternera con pimientos y patatas asadas; Lubina al horno con alcachofas; Tartar de tofu ahumado.  

Aunque hoy en día existe una gran variedad de menús, acudir a un establecimiento sin conocer previamente lo que ofrecen puede suponer un obstáculo para realmente tomar una decisión saludable. 

 Piña rellena de guacamole, langostinos y pimientos del piquillo; Paté de berenjena o Baba Ganoush con crudités; Canapés de pan integral, tomates cherry, requesón y salmón ahumado; Ensalada con frutos rojos, rulo de cabra y nueces.

En lugar de ofrecer tapas a base de embutidos, queso y pan, podemos incluir la versión de mayor calidad nutricional de estos dentro de preparaciones. Por ejemplo: Tostada integral con paté de olivas y cecina ahumada y Tomates rellenos de mozzarella de búfala. 

Es fundamental realizar una lista de la compra con una planificación previa de las comidas a preparar. De esta forma evitaremos cocinar y comer en exceso. Y, en el caso de que sobre comida, no es necesario consumir todo al día siguiente pero sí podemos emplearla dentro de otras elaboraciones. Si por ejemplo sobran langostinos, en lugar de poner un plato de ellos con la salsa rosa al lado, ¿qué tal si los introducimos como fuente proteica en una ensalada o en unos aguacates rellenos?.

En cuanto a los dulces, una muy buena idea es comprarlos en monodosis y sin excedernos. Si se adquieren al peso para presentarlos de forma constante en una bandeja, es lógico que, aunque a uno no le apetezca, acabe por consumirlos frecuentemente. 

“La dosis hace el veneno”

Con respecto al alcohol, al igual que con las comidas, no es necesario conocer dónde se encuentra nuestro límite. Si en estas fechas se opta por el consumo de bebidas alcohólicas, es importante elegir bien el tipo y el momento en el cual se disfruta. No es lo mismo brindar en Noche Vieja o tomar una copa de vino en la comida de Navidad, que pedir una cerveza por “tomar algo” o para calmar la sed.  

No hay que olvidar que el alcohol es tóxico para nuestro organismo y también cancerígeno. Además, su consumo suele hacernos tomar malas decisiones con respecto a la alimentación. ¿Con resaca uno tiene ganas de cocinar o busca la opción rápida que puedan traer a casa?  Si va a beber, tenga en casa opciones de alimentos que no requieran de cocinado. Con una conserva de pimientos del piquillo, una lata de melva en aceite de oliva virgen extra y un vaso de quinoa cocida, tiene un plato completo en menos de 2 minutos. 

Tratar de evitar compensaciones

Por último, y no por ello menos importante, antes o después de cualquier exceso no hay que llevar a cabo ningún tipo de compensaciones. Limitar la ingesta a lo largo del día para excederse en la cena hace que, de forma inconsciente, uno tienda a comer de más sin realmente disfrutar del entorno y ambiente, y de lo que es realmente lo importante de la Navidad: el poder reunirnos cada año con los nuestros.