NEOCOQ10 UBIQUINOL: UN FRENO PARA LA SENESCENCIA CELULAR
La senescencia celular es uno de los 9 ‘’Hallmarks of Aging’’. En Neoactives y Neolife, el abordaje interdisciplinar de cada uno de ellos pasa, en parte, por una suplementación personalizada.
La senescencia celular está relacionada de una manera u otra con la mayoría de las enfermedades y síndromes asociados al envejecimiento. Tenemos la posibilidad de actuar sobre ella influyendo el proceso de envejecimiento, la aparición de enfermedades y síndromes asociados a la edad.
Francisco Martínez Milla - Unidad de Nutrición Neolife e Investigación y Desarrollo Neoactives.
Senescencia celular
La senescencia celular fue descrita por primera vez en 1961 por Hayflick y Moorehead como un destino celular de cese irreversible de la replicación, viabilidad mantenida con resistencia a la apoptosis y, con mucha frecuencia, un aumento de la actividad metabólica. Entonces, para simplificarlo, son células que no se mueren, pero dejan de replicarse, se hacen “inmortales” resistiéndose a esa apoptosis (muerte celular programada) y además con mucha frecuencia siguen siendo muy activas.
Estas características son lo que ha llevado a que se las llame de forma coloquial “células zombie”. Las causas que hacen que una célula pueda tomar este camino son muy variadas:
- Daño al ADN.
- Acortamiento telomérico.
- Exposición a ADN extracelular.
- Activación de oncogenes.
- Estrés replicativo o inductores de la proliferación.
- Agregados de proteínas y proteínas desestructuradas.
- Fallo del reciclaje de proteínas por descenso de autofagia.
- Presencia de AGE’s (productos avanzados de la glicosilación, como la hemoglobina glicada).
- Lípidos saturados o lípidos bioactivos, como las bradikininas o prostaglandinas.
- Metabolitos reactivos como las ROS.
- Estrés mecánico, como el asociado a la falta de cartílago en artrosis o el producido en las placas de ateroma.
- Citokinas inflamatorias como el TNF⍺.
- DAMPS y PAMPS (damage associated molecular patterns y pathogen associated molecular patterns); esto es, contenidos intracelulares liberados al medio al destruirse células o endotoxinas bacterianas.
Sea por el estímulo que sea, se activan una o más de las cascadas de factores de transcripción que promueven este estado de senescencia (p16 INK4a, p53, p21, Rb, etc.).
Por los datos que tenemos sobre cultivos celulares, se tarda de 10 días a 6 semanas en llegar a que las células alcancen un estado completo de senescencia. Esto tiene implicaciones importantes en el tratamiento, como veremos al hablar de senolíticos.
¿Qué hace tan malo el acúmulo de células senescentes y por qué queremos eliminarlas? Algunas células senescentes pueden adquirir lo que llamamos un fenotipo secretor asociado a senescencia (SASP). Esto implica que estas células van a secretar:
- Citokinas proinflamatorias, proapoptóticas y que inducen resistencia a la insulina, como TNF⍺, IL6, IL8 y otras.
- Quimiokinas que atraen, activan y anclan células inmunes.
- Metaloproteasas que causan destrucción tisular.
- Miembros de la familia del TGFß que llevan a fibrosis y disfunción de células madre y progenitoras.
- Activinas e inhibinas que también afectan a células madre y progenitoras.
- Otros factores, como las serpinas, que llevan a trombosis y fibrosis.
- Factores de crecimiento que pueden producir diseminación tumoral.
- Lípidos bioactivos como prostagalandinas, bradikininas y ceramidas, que llevan a inflamación y disfunción tisular.
- MicroARN´s, que también provocan disfunción de células madre y progenitoras, inflamación y resistencia a la insulina.
- Exosomas, que llevan estas señales citotóxicas e inductoras de senescencia a zonas vecinas o a distancia.
Las células senescentes que adquieren este fenotipo secretor son del 30 al 70% de las presentes, y los mediadores que produzcan dependen del tipo de célula senescente y de la causa que originó su conversión.
Las células que no adquieren este fenotipo secretor las llamamos ‘’Helper’’, que parece que no liberan factores proinflamatorios o proapoptóticos, pero la verdadera utilidad de ellas y su interrelación con las secretoras no está dilucidada aún.
Este fenotipo secretor puede ser modulado por muchos factores, como el ambiente hormonal, fármacos o patógenos.
Como todo en nuestro organismo, parece que la presencia de células senescentes tiene alguna función beneficiosa; de hecho, se han asociado a un remodelamiento de tejidos durante el desarrollo y la cicatrización, e incluso, como defensa frente al cáncer. Algunas investigaciones indican que si interferimos con estas cascadas mencionadas de conversión de las células en senescentes, podríamos promover el desarrollo de cáncer. Sin embargo, librarnos de las células senescentes ya formadas, muchas de las cuales llevan mutaciones oncogénicas (o que llevan a formación de cáncer por su fenotipo secretor), previene o retrasa el desarrollo de cáncer. Muchos estudios usando agentes senolíticos confirman este punto.
Aunque las células senescentes pueden aparecer en los tejidos humanos y de otros vertebrados en cualquier momento de su vida, se acumulan en la parte más tardía de sus vidas. Por ejemplo, las células senescentes cutáneas aumentan drásticamente de los 60 a 80 años en humanos sanos.
Las células senescentes se acumulan en los sitios etiológicos de muchas enfermedades durante la vida. Por ejemplo, tejido adiposos en diabetes y obesidad, hipocampo y corteza frontal en Alzheimer, sustancia negra en Parkinson, hueso y médula ósea en osteoporosis, pulmones en fibrosis pulmonar, hígado en cirrosis, retina en DMAE (degeneración macular), placas en psoriasis, riñones en enfermedad renal, endotelio en preeclampsia, corazón y arterias en enfermedad cardiovascular…
Precisamente para demostrar que esto no es casualidad, hay experimentos en los que se inyectan células senescentes para determinar una causalidad, esto es, provocar enfermedad al introducirlas en un tejido. Al hacerlo en las rodillas de ratones jóvenes causaron un estado de artrosis con hallazgos radiológicos y clínicos similares a los de la artrosis “natural”. Al inyectarles células no-senescentes, esto no pasó. Otros estudios de este mismo tipo han causado fragilidad y aumento de mortalidad e insuficiencia renal en ratones sanos.
La CoQ10 (coencima Q10) es una molécula esencial para la salud mitocondrial, y reduce los riesgos de las enfermedades asociadas a mitocondrias ineficientes, como salud coronaria, fibromialgia, enfermedades neuromusculares y neurodegenerativas o síndrome metabólico.
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