¿DIAGNOSTICADO DE HÍGADO GRASO? AÚN ESTÁS A TIEMPO
La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), definida como una acumulación de grasa hepática, representa la enfermedad crónica más común a nivel mundial. Está asociada con trastornos metabólicos y cardiovasculares, como la obesidad (hasta un 90% de individuos con exceso de grasa, padecen NAFLD), la resistencia a la insulina, hipertensión, alteraciones lipídicas y diabetes tipo 2.
La patogenia de la NAFLD se ve afectada por factores como el exceso de calorías, un patrón de dieta occidental y un estilo de vida sedentario. Si no hacemos nada por revertir la situación, el siguiente paso es la progresión a cirrosis, insuficiencia hepática y/o carcinoma hepatocelular. Situaciones irreversibles. Parar el proceso está en nuestras manos.
Laura Pérez Naharro - Unidad de Nutrición Neolife e Investigación y Desarrollo Neoactives.
Exceso calórico, inicio de la fisiopatología
Cuando de forma constante tiene lugar un exceso energético, el tejido adiposo (células de grasa) se expande de forma subcutánea pero también a nivel visceral (grasa en los órganos). El tejido graso visceral aumenta cuando el tejido graso subcutáneo no es suficiente para albergar el exceso energético y, sobre todo, con determinados hábitos como un patrón de dieta occidental y consumo de alcohol.
La acumulación de grasa visceral se asocia con un mayor riesgo de ECV, diabetes tipo II y cáncer.
A diferencia de la grasa subcutánea, que aumenta generando un mayor número de adipocitos, la grasa visceral lo hace a través de la hipertrofia de las células grasas, es decir, se vuelven más grandes. Este crecimiento provoca la liberación de adipocinas y citocinas proinflamatorias, que inducen un estado de inflamación crónica de bajo grado. Promoviendo la aparición de NAFLD.
Por otro lado, el exceso de ácidos grasos libres y la acción de las adipocinas, también incrementan el estrés oxidativo mitocondrial, cuyo exceso produce radicales libres e induce la inflamación y necrosis celular, dando como resultado final una cirrosis.
Inflamación crónica de bajo grado, factor común en el desarrollo de enfermedades crónicas
Aunque las patologías crónicas son diversas, todas comparten unos factores causantes. Entre ellos, el más relevante es la inflamación crónica de bajo grado.
La inflamación es un predictor de longevidad y riesgo de enfermedad coronaria, pues afecta a todo el organismo de forma negativa:
- Produce daños en el ADN, elevando el riesgo de cáncer.
- Interfiere en el correcto funcionamiento de órganos.
- Aumenta el riesgo de sarcopenia, enfermedades neurodegenerativas y osteoporosis.
- Daña el sistema cardiorrespiratorio.
- Dificulta el correcto funcionamiento del sistema inmune.
Criterios para ser candidato a exceso de grasa hepática
Cumplir con 2 de los siguientes criterios:
- Perímetro de la cintura >102 cm en hombres y >88 cm en mujeres
- Colesterol HDL <40 mg/dL en hombres y <50mg/dL en mujeres o tratamiento farmacológico específico
- Triglicéridos >150 mg/dL
- Presión arterial >130/85
- Prediabetes
- Puntuación HOMA-RI ≥ 2mg/L
- PCR >2 mg/L
Tratamiento NAFLD
Hasta la fecha, el principal consejo terapéutico para NAFLD es una intervención en el estilo de vida centrado en la alimentación, la actividad física y la creación de hábitos saludables para lograr una reducción de peso del 7-10 %, que puede conducir a una mejora significativa en la fibrosis hepática y reducir la esteatosis. Los datos actuales sugieren que un déficit calórico que logre una pérdida de >10% del peso corporal total es una medida efectiva tanto para la prevención de NAFLD como para la mejora de sus síntomas.
Alimentación
Aunque el manejo dietético en NAFLD debe centrarse en la restricción calórica, no se recomiendan dietas muy restrictivas, pues se caracterizan por una baja adherencia a largo plazo y por la pérdida de masa muscular.
Para ello, una alimentación basada en vegetales, por su aporte en fibra, complementada con grasas de calidad, con ácidos grasos insaturados (con una proporción equilibrada de AGPI omega-6 a omega-3) y compuestos antiinflamatorios.
De hecho, para reducir el riesgo de desarrollo y progresión de NAFLD, se recomienda un patrón de dieta mediterráneo. Gracias al efecto nutracéutico de compuestos bioactivos y fitoquímicos con capacidad antioxidante y antiinflamatoria como la fibra, vitaminas, hidratos de carbono complejos, ácidos grasos monoinsaturados, omega-3 y fitoesteroles.
Los polifenoles están presentes en granos integrales, legumbres, verduras y frutas frescas, aceite de oliva y frutos secos. Entre ellos, los flavonoides (frutos rojos, manzana, soja, uvas, té) tienen efectos hepatoprotectores en vista de su potencial antioxidante y antiinflamatorio.
Algunas vitaminas también tienen poder antioxidante, contribuyendo así a una reducción del estrés celular, por lo que tienen un papel fundamental en la prevención de la progresión de NAFLD. Se ha demostrado que la vitamina E mejora las características histológicas de NASH.
La vitamina D tiene propiedades inmunomoduladoras, antiinflamatorias y antifibróticas. Se ha demostrado que su suplementación y un consumo de alimentos ricos en ella (pescados azules, marisco, huevo) mejora la histopatología de NAFLD.
Los carotenoides comprenden una clase de pigmentos solubles en grasa que actúan como antioxidantes. Se encuentran en varias frutas (caquis, albaricoque) y verduras (pimiento rojo, zanahoria, calabaza, tomate) de color rojo y naranja. Entre ellos, el licopeno se ha investigado como un posible agente protector en NAFLD en vista de sus potentes efectos antioxidantes.
El consumo elevado de fibra está asociado a una disminución en la mortalidad por todas las causas, cardiovasculares, diabetes tipo II y cáncer. La mayoría de los estudios que analizan los beneficios de su consumo, se centran en la fibra soluble, pues es capaz de reducir la concentración de colesterol en las células hepáticas.
El aporte proteico es fundamental, pues contribuye no solo al mantenimiento de la masa muscular, sino que también aporta un mayor poder saciante. Se recomienda aumentar el consumo de fuentes proteicas vegetales, como las legumbres, y complementar con alimentos ricos en proteínas de origen animal de calidad, evitando embutidos, carnes procesadas y sucedáneos de pescado.
Para que esta patología no desemboque en una cirrosis, es fundamental seguir las recomendaciones anteriores: una alimentación basada en alimentos de origen vegetal, junto con la pérdida de grasa y evitando el sedentarismo. En este contexto, NeoDetox contribuye a una mejora de las funciones hepáticas gracias la estimulación de células dañadas, disminución de los niveles de inflamación, haciendo frente al estrés oxidativo gracias a su composición en diferentes antioxidantes y, evitando la acumulación de grasa en el hígado.
Recuerde, la palabra “detox” que normalmente se asocia a procesos de limpieza o depuración, en un contexto de excesos y pérdida de peso, tiene más bien un significado relacionado con la lucha frente a radicales libres y procesos de inflamación. Por lo que, para que nuestro organismo pueda depurarse correctamente, necesitamos que los órganos encargados de ello (hígado, riñones y pulmones), se encuentren sanos.
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