LA FLEXIBILIDAD EN VERANO, CLAVE EN UN ESTILO DE VIDA SALUDABLE
Pensamos en verano y se nos viene a la cabeza lo siguiente: helados, refrescos, granizados, aperitivos, cerveza, tinto de verano, mojito, tapeo, chiringuitos, barbacoas, bodas, vacaciones… Ante esto hay 3 tipos de comportamientos: el descontrol, la restricción y la flexibilidad.
¿Quieres conocer más acerca de cada uno y disfrutar del verano con una perspectiva más responsable y saludable? Todo, a continuación.
Laura Pérez Naharro - Unidad de Nutrición Neolife e Investigación y Desarrollo Neoactives.
Verano, época de cambios
Si somos realistas, el verano es un descontrol:
- Cambios en la jornada laboral (jornada intensiva que supone madrugar más que de costumbre y también más tiempo en la tarde).
- Estudiantes sin horarios marcados por las clases.
- Peor calidad y cantidad de sueño (se suele trasnochar).
- Desorganización a la hora de planificar las comidas semanales.
Está claro, el verano lo cambia prácticamente todo. Sin embargo, podemos preverlo y anticipar muchas de nuestras elecciones.
En este punto, es importante preguntarse lo siguiente: “¿Qué cambios tienen lugar durante el verano (rutinas, horarios, costumbres, alimentación, etc.) Y, ¿qué obstáculos percibimos para mantener unos hábitos saludables en verano (pueden ser personas, situaciones, alimentos u horarios)?.
Anotar todo esto nos va a ayudar a plantearnos las posibles soluciones. Pues ya no son imprevistos, lo estamos contemplando previamente.
Ante este periodo pueden tener lugar tres situaciones o comportamientos mencionados antes: descontrol, restricción y flexibilidad. Seguramente puedas identificarte con un extremo u otro. Y por ello, vamos a analizar cada uno de estos y valorar la flexibilidad, sabiendo realmente su significado, pues no se trata de un punto medio.
Descontrol
Tiene lugar cuando existe una falta de planificación a la hora de hacer la compra, plantear los menús de la semana o acudir a establecimientos de restauración sin antes valorar las diferentes opciones.
Se tiende a la improvisación y, sobre todo, el consumo de alimentos de baja densidad nutricional como el alcohol, helados, refrescos y fritos de forma frecuente. Cualquier momento es bueno para festejar con este tipo de comida y bebida. Y, la actividad física, destaca por su ausencia.
No hay horarios establecidos.
Restricción
Caracterizada por una mentalidad de dieta. Se evita cualquier tipo de salida que conlleve comer fuera de casa. Cuando esto tiene lugar, se tiende a comer diferente al resto.
Pensar en las comidas genera estrés. Pueden llevarse a cabo conductas compensatorias los días previos y siguientes a un exceso en la ingesta o a una modificación de esta con respecto a la rutina habitual. También puede conllevar a una pérdida de control en la ingesta y remordimientos o sentimientos de culpa posteriores. Algo que no contribuye a una relación sana con la comida y, por tanto, queda totalmente fuera del contexto de estilo de vida saludable.
Flexibilidad
Existe una planificación de las comidas y elección previa de establecimientos de restauración. En casa no hay alimentos de baja calidad nutricional (helados, alcohol, fritos, etc.) pero sí tiene lugar un consumo esporádico cuando realmente se considera que es la ocasión. Disfrutando no solo del alimento sino del entorno (vacaciones, amigos, familia).
Los horarios, aunque son más flexibles, sí están estructurados.
Se presta atención al descanso y la actividad física.
Recomendaciones para ser flexible y disfrutar del verano
- Anota en el calendario todos los eventos que vayas a tener durante este periodo (viajes, cenas, comidas, celebraciones, barbacoas, etc.), la actividad física programada u objetivo planteado y, en el caso de elaborar el menú en casa, también es importante anotar la planificación de este.
- Incluye siempre una gran porción de verduras en tus platos principales. Crudas o cocinadas, junto con fuentes proteicas de calidad, de origen animal (carne, pescado, huevos, quesos magros) y/o vegetal (legumbres, leguminosas, soja y derivados como el tofu o edamames).
- Como postre, prioriza la fruta entera. Pero tampoco renuncies a un helado esporádicamente. Es normal comer alguno que otro en estas fechas.
- Asegura un correcto estado de hidratación durante todo el día. Lleva siempre a mano agua.
- Establece horarios en las comidas principales que no se alejen mucho de la rutina habitual.
- Mastica tranquilamente, come despacio y de forma consciente.
- Evita la compra de fritos, helados, refrescos, alcohol y alimentos pobres en nutrientes (pizzas, carnes procesadas, bollería, golosinas), dejándolos para un consumo ocasional más ligado al ocio, vida social y celebraciones. Si un día te apetece mucho, compras un formato individual y se consume. No pasa nada. Pero si lo tenemos en casa, su consumo tiende a ser habitual.
- Planifica una actividad física. Rutas, senderismo, tenis, surf, buceo… Si la pereza o falta de energía te lo impide, planifícalo para las primeras horas del día y cuenta con la ayuda de NeoEnergy. Formulado para optimizar la producción de energía, mayor rendimiento físico y un menor tiempo de recuperación.
¿Preparado para un verano flexible y saludable?