LA SOLUCIÓN A DIGESTIONES PESADAS EN VERANO

Llega el buen tiempo y nos apetece salir a comer fuera de casa, en una terraza o chiringuito de playa, aprovechando que los días son más largos y que también disponemos de vacaciones. Momentos que deberían ser para el disfrute, en ocasiones se ven afectados por digestiones que no son del todo cómodas: sensación de plenitud, pesadez.

Si quieres disfrutar de viajes, vacaciones, salir a comer fuera de casa y, del verano en general, no te pierdas las siguientes recomendaciones.  

Laura Pérez Naharro - Unidad de Nutrición Neolife e Investigación y Desarrollo Neoactives.


 

¿Por qué es frecuente una digestión pesada en verano?

Cuando no existe ningún diagnóstico de patología, infección o alteración en la funcionalidad de nuestros órganos (Helicobacter Pylori, gastritis, enfermedad inflamatoria intestinal o intolerancia alimentaria, entre otras), son muchos los factores que pueden provocar una digestión incorrecta e incómoda. Sobre todo, durante los meses de verano. Ya que nuestros hábitos, en mayor o menor medida, cambian:

En primer lugar, suben las temperaturas y tendemos a beber una mayor cantidad de agua. Sin embargo, dependiendo de cómo se lleve a cabo, podrá resultar molesto para nuestra digestión o no. Si se ingieren grandes cantidades durante las comidas, es normal que, sumado a la ingesta de alimentos, se produzca una distensión abdominal que pueda resultar incómoda, además de una digestión lenta.

En este sentido, y con la misma finalidad, también se suelen ingerir otros líquidos como los refrescos. Que, independientemente de si llevan azúcar o alcohol, se elaboran con agua carbonatada (bebidas gaseosas), se les inyecta gas carbónico (cerveza) o están fermentadas (que también producen gas, como la kombucha).

Las burbujas hacen que el estómago se dilate, provocando al igual que la ingesta de grandes cantidades de agua, distensión abdominal e incluso dolor.

En zonas de playa, es normal comer platos típicos de la zona, sobre todo pescados. Sin embargo, la fritura es un método de cocinado rico en grasa y, que además, para ello se utilizan aceites refinados sometidos a temperaturas muy elevadas (perjudicial para la salud por su carácter proinflamatorio y contenido de compuestos tóxicos).

El elevado aporte de grasas hace que el vaciado gástrico sea más lento. Por lo que es normal presentar algo de reflujo y sensación de pesadez. Igual que ocurre si a media mañana, acompañamos algún que otro refresco gaseoso con snacks fritos, quesos o embutidos.

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de comer fuera de casa es la dificultad para lavarnos los dientes tras ello. Y por ello, se suele hacer uso de chicles sin azúcar. El masticarlo de forma constante hace que una gran cantidad de aire se introduzca en nuestro estómago. Pero también por su contenido en polialcoholes (edulcorantes), es frecuente que la digestión se vea afectada (gases, hinchazón abdominal).

En cuanto a los horarios, sobre todo cuando estamos de vacaciones, nuestra rutina cambia. Comer o cenar muy tarde para luego dormirse (también una siesta) es algo que dificulta un adecuado proceso de digestión. Probablemente la calidad del sueño sea mala, con reflujo, y al levantarnos podemos encontrarnos incómodos.

Ir con prisas y comer rápido tampoco es algo que vaya a favorecer nuestra digestión. Hay que tener en cuenta que cuanto menos triturado se encuentre el alimento, más difícil de digerir (mayor fermentación intestinal y gases). Y, por otro lado, comer rápido implica un mayor tiempo para saciarnos, por lo que es probable que se ingiera más cantidad de comida (mayor distensión abdominal, proceso digestivo lento).

Por último, cambiar la rutina también afecta al tránsito intestinal. Aguantarse las ganas de ir al baño y cambiar los horarios para ello, puede dar lugar a estreñimiento. La acumulación de heces, además de generar pesadez, puede dar lugar a fermentación intestinal y gases.

¿Cómo combatir con todo ello?

  • Bebiendo pequeñas cantidades de agua durante todo el día. Poco a poco. Y, en el momento de la comida tenerlo aún más presente.
  • Limitar el consumo de refrescos con gas. Y, en el caso de consumirlos, mejor la versión sin azúcar y sin alcohol, bebiéndolos de un vaso en lugar que directamente del recipiente y añadiéndole un par de hielos para que el gas se reduzca.
  • A la hora de comer, dentro o fuera de casa, mejor evitar la fritura como método de cocción y optando por la brasa, en el caso del pescado, o también el horno/vapor/plancha.
  • A la hora de acompañar el refresco con algo de comer, mejor unos frutos secos naturales/tostados.
  • Llevar a mano un cepillo y pasta dientes de formato viaje. Y en el caso contrario, una manzana tras las comidas ayuda a limpiar la superficie de los dientes. Al menos hasta que podamos emplear productos específicos para ello.
  • Respetar los horarios de las comidas, evitando que sean a última hora. Dar un pequeño paseo después de ellas, favorece la digestión. Y comer tranquilamente, masticando detenidamente. En este aspecto, podemos incluir infusiones de hinojo, menta, manzanilla y jengibre. También, para evitar o reducir la acidez, la cúrcuma. 1 cápsula después de la comida de NeoCurcuma Antiox nos ayuda a ello.
  • Por último, para el posible estreñimiento, es importante respetar los mismos horarios para ir al baño, consumir suficiente cantidad de fruta y verdura, incluir granos integrales y estar hidratado. Y, para mayor seguridad, podemos comenzar a incluir días previos, y mantenerlo durante el periodo de vacaciones, probióticos como NeoFlora Probio Balance para enriquecer la microbiota intestinal y que esta pueda llevar a cabo sus funciones digestivas correctamente.

¿Preparado para disfrutar del verano?